Problemas con el Rumple

El rumple del limón es una alteración o desorden de la corteza de dicho fruto. Algunos, tanto agricultores como investigadores lo denominan enfermedad o fisiopatía. En territorios como españoles ( Murcia y Alicante ) afecta principalmente a la variedad del limón fino y puede llegar a causar pérdidas de entre 20% – 80%, por esta misma razón es recomendado estar atento al cultio en todo momento durante las épocas de verano.

Es muy importante sabe que los problemas con el rumple pueden llegar a causar un daño irreparable en cosechas que estén con vigilancia muy baja/ descuidadas. Se han dado numerosos casos en la Vega Baja donde varios agricultores, debido a problemas con el rumple han perdido hasta cerca de un 90% de su cosecha simplemente por no tomar las precauciones adecuadas o como hemos mencionado antes, debido a un descuido por parte del dueño.

En la Vega Baja, el rumple suele aparecer entre finales del verano, entre finales de Agosto y principios de Septiembre. Este es el momento justo donde se produce el cambio de color del fruto. ¿ Cómo podemos detectar problemas con el rumple ? La alteración de la corteza del limón se empieza a manifestar con una pequeña decoloración del mismo. Más tarde empieza a extenderse por el fruto de forma muy irregular, causando decoloración en cerca de un 40% – 50% del limón.

Para más información sobre los problemas del rumple, puede consultar el siguiente archivo PDF del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias.

Según los últimos estudios realizados, los agricultores alertan de graves problemas relacionados con la plantación de limón de la Región. ( Datos relacionados con las fechas del mes de diciembre de 2014 ).

Véa la siguiente imágen para comprender mejor los problemas con el rumple.

problemas con el rumple

Resumiendo: los daños de Rumple se manifiestan en forma de depresión y endurecimiento de la zona afectada, normalmente en el ecuador del fruto y en una de sus caras, que progresivamente va adquiriendo un color oscuro hasta negruzco. Con el paso del tiempo la zona afectada llega a necrosarse y sobre los tejidos muertos pueden desarrollarse patógenos oportunistas como Colletotrichum, Alternaria u otros. Desde la aparición de los primeros síntomas, el fruto no puede ser comercializado, ya que incluso desverdiza mal, y presenta un aspecto no comercial.

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